Llevo un largo tiempo desconectado de esa vida virtual que nos procura la tecnología y sus ubicuas (y pegajosas) redes.
Bien es cierto que nunca he sido fan acérrimo de estas herramientas y que casi siempre tengo cosas más «analógicas» y tangibles que tratar, pero también es cierto que por mi profesión acostumbro a procurar no abandonarme demasiado. Estoy obligado a «existir», aunque no me guste prodigarme fuera del escenario.
En este caso mi ausencia ha tenido más que ver (como suele ocurrirme) con la entrega absoluta a la consecución de un objetivo concreto, un disco. Algo diferente.
No voy a entrar en muchos detalles porque, aunque este proyecto nació en septiembre de 2014, los últimos meses han sido especialmente movidos y convulsos, desde que decidí centrarme en esto contra viento y marea, convirtiéndose en prioridad absoluta, y no sabría por dónde empezar a contar esta historia.
Estoy metido en el estudio, otra vez. Muy metido.
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– Aquí un vídeo inédito con mi amigo Rafa –
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No dejo de lado mis conciertos, y de vez en cuando le suelo dejar el estudio al Pablo Líquido ese para que repase el repertorio y no llegue a los conciertos despistado.
Pasado mañana tengo concierto en La Carbonera de Pamplona, y mañana dedicaré el día entero a ponerme las pilas, porque llevo tres semanas de bajista de estudio, y si no practico un poco voy a flipar cuando lleguen los solos de guitarra.
No estoy grabando un disco de Pablo Líquido, ni de LIKIDA. No estoy grabando versiones, ni guitarras eléctricas. Estoy en otra dimensión.
Desde que no me paso por aquí han acontecido muchas cosas; el concierto del Matarile de Burgos que acabé casi al amanecer de cervezas con los camareros; el concierto del Avalon de Zamora al día siguiente casi sin voz pero con muchos amigos y mucho cariño, y la comida tradicional del día siguiente; otro concierto en Candanchú que era privado pero fue muy público; la noche en Port Royal de Hellín (Albacete) con las entradas agotadas, la visita de algunos adorables murcianos (con mi Chicanirri al frente) y mi querido Mikel Larequi conduciendo mi furgo surcando el amanecer manchego; la tradicional cita con el Rolling Rock de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), siempre tanto cariño y apoyo (con un par de visitas sorpresa, gracias especiales a los de Tresjuncos), y otra noche que se prolongó de cháchara cervecera con los camareros; y por último un concierto en Navarra, más concretamente en Lumbier, donde reencontré a un par de amigos de antaño, Lobo e Inma, y ya no se me vuelven a escapar. También cayeron las oportunas cervecicas post bolo.
Esto respecto a los conciertos, porque todo lo demás pertenece o bien al entorno de la intimidad o bien a el nuevo proyecto del que no puedo contar más nada. Sintiéndolo.
Pronto se me juntará el ajetreo de conciertos que sube con la temperatura climática y todo lo que tendré acumulado para contaros cuando pueda contarlo.
Así que esto es una vez más la calma que precede a la tormenta.
En resumen, el receso es aparente, parcial, sólo afecta a la actividad pública, porque en realidad hace tiempo que no trabajaba tanto. Es lo que toca.
Sólo quería escribir algo para que supierais que sigo existiendo y que estoy trabajando para el futuro. Un futuro mejor.
Bueno majetes, nos vemos por los bares.
Un abracico de amor y mucha suerte con vuestros proyectos e ilusiones. In avanti!
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Pablo Líquido, soy porque sois.
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Pd: Ahí dejo esas foticos, dos en Madrigueras y dos en Motilleja. Son parte de mi pequeño secreto…
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Una respuesta a «RECESO PARCIAL»
Pablo hagas lo que hagas estará muy bien, solo te deseo mucha suerte son muchos años recorriendo España con tus bolos un saludo y que todo te salga bien. Alberto