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PODER O NO QUERER

¿Qué me gustaría poder hacer y, desde luego, no puedo?

¿Qué os gustaría a algun@s que hiciera y, desde luego, no quiero? (y podría).
Peter Gabriel y Paula Cole ofrecen en este vídeo una dimensión de la interpretación vocal que nos hace miserables a los demás cantantes. Luego se nos olvida y ya está.

No he dudado nunca de que tengo una percepción de la realidad que difiere con holgura de la general en muchos aspectos.
No ha cesado, ni cesará, el martilleo de l@s que me piden en los conciertos canciones de artistas nacionales, que en muchos casos ni me dicen nada ni me gustan una pizca; pero no me preocupa por eso, lo preocupante es que lo piden sin preocuparles que no cuadren con mi repertorio ni alterando las leyes matemáticas y físicas.
Y siempre tengo que explicarlo: «El tractor amarillo» tampoco.

Cada uno hace lo que puede, y no voy a criticar a gente famosísima sólo porque algunos sean pésimos cantantes o porque tengan el carisma residual de lo que las promociones, los ochenta/noventa y/o los caprichos del destino les regaló… Sus canciones, mejores o peores, son nuestra banda sonora innegociable. Herencia de Alibabá y los Cuarenta Principales.

A toro pasado, y por mi incontrolable curiosidad, me empapé toda la final de «eurivisión 2015«.
A quien yo hubiera dado ganadora (me encanta el tema y la interpretación, y la voz) quedó en el puesto 14, y el segundo que más me gustó quedó en el 22.
No esperéis de mí compartir ciertos gustos generales con respecto a lo que se hace ahora.
Mi canción y artista favorita de lo que escuché en eurovisión, sin duda, es esta:

Y la segunda canción y mejor artista masculino fue para mí:

Cuando aquí surgió como un volcán la «movida madrileña», por favor, no miréis lo que se hacía fuera. Claro que no venían del hermetismo y la represión de una dictadura, con todas las innumerables consecuencias que eso conllevó.
Me parece genial todo aquello, que nadie se empecine en que tengo algo en contra, ni tengo nada en contra de la música española, ni de nadie, todo mi respeto y mi nostalgia para los que me hicieron la vida mejor (Sabina, Danza Invisible, Barricada, Mecano, Miguel Ríos…) pero pedirme sin descanso Melendi, Sabina, Fito, Loquillo o Los Secretos (por ejemplo) cuando estoy cantando Prince, The Eagles, Queen, U2, The Creedence Clearwater Revival, Elvis Presley, Red Hot Chili Peppers, Police, Pink Floyd, Metallica
Uf! Llevo todo el verano con la misma cantinela, en cada concierto.
35 conciertos eléctricos y sólo se han salvado tres o cuatro del bombardeo de sugerencias no oportunas.
No hay tregua!

Si fuera listo (que no lo soy, soy tozudo) me prepararía esos temas y me ahorraría la energía para ir al monte al día siguiente de cada concierto.
Pero sería uno más, estaría insatisfecho y sería el principio de mi fin…
Hola, soy Pablo Líquido. Hice míos los grandes y difíciles clásicos del rock que me hicieron persona años atrás, y eso no va a cambiar.
Nadie duda, y yo menos que nadie, de que «Soldadito marinero» pondría a todo el público a cantar, y de que «Y nos dieron las diez» sería apabullante. Con todo el dolor de mi corazón, les dejo ese caramelo a otros. Gracias.

Hay días que acabo enfadándome, y lo siento.
Comprendo que la gente quiere entender la letra (aunque sea un grumo caleidoscópico de frasecicas resultonas, si es español…), pero yo soy músico, y sobre todo CANTANTE.
Si recitara poesía de Manrique o de Machado no habría salida de emergencia que soportara la desbandada apocalíptica, por muy clarísimo castellano que sea.
No sé qué pensar. O sí?

Como soy tozudo pero no tonto integral, dentro de mis favoritas canto las canciones más conocidas.
Me encantaría cantar My Melancholy Blues de Queen, Nico de The Cult, Breakin´ Down de Skid Row, The Wild Ones de Suede o Mr. Crowley de Ozzy Osbourne, pero vaciaría los bares.

Cuanto más terreno ganan la rumba, la bachata y el reggaeton, más me reafirmo en mis principios. Toco lo que fueron números 1 mundiales entre los sesenta y los noventa, y con ellos acabaré siendo un músico marginal.
Por supuesto de mis composiciones ni hablo.

Este tipo, Jon Gomm, será siempre un marginadillo, y Enrique Iglesias una estrella interestelar.

Para despedirme y demostrar que puedo sentir sin complejos devoción incondicional por artistas y temas españoles de antaño y de ahora…
Un saludo… y amor, alegría y decisión.

Pablo Líquido

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