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ELÉCTRICO GOLPE DE TIMÓN

No está mal, de cuando en vez, cambiar los muebles de sitio, pintar, hacer limpieza de «titos»… y replantearse cosas.
¿Qué hacer con PABLO LÍQUIDO después de andar 15 años y más de 1200 conciertos versionando, acústica en mano, a los grandes clásicos del rock y allegados?

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Sueño con un mundo LÍQUIDO rodeado de guitarras eléctricas y de nuevos sonidos…

– Replanteo la pregunta: ¿Qué hacer con PABLO LÍQUIDO después de andar 15 años y más de 1200 conciertos versionando, acústica en mano, a los grandes clásicos del rock y allegados, y viendo que ahora esto le impide tocar la guitarra a diario?
– Aclaración: Desde que me taladré el dedo en septiembre de 2013 con una novísima broca de madera del 4, y destrocé la vaina que canaliza el tendón falangiano de mi dedo índice de la mano izquierda, la inflamación que sufro en ese dedo después de los conciertos me impide tocar la guitarra durante dos o tres días, y si lo hago (cuando tengo dos conciertos seguidos) es con bastante dolor y dificultades importantes de movilidad.
Es netamente frustrante ver las guitarras en casa y no poder tocarlas.
Este «pequeño» accidente de bricolaje frenó de golpe el camino que emprendí con LIQUIDO QUEEN TRÍO para centrarme en la guitarra eléctrica. Algo que hasta entonces nunca me había planteado, aunque siempre la he tocado.
Ahora, este problema de inflamación y dolor me ocurre sólo con la acústica, por la virulencia e ímpetu imprescindibles con los que la toco en los conciertos.

Puede parecer éste un momento óptimo para dar un golpe de timón mientras agacho la cabeza para evitar que la botavara me arroje inconsciente a la mar por el brusco cambio de rumbo. No, el rumbo es el mismo, cambian las herramientas.
Pudiera parecer algo imprevisto, improvisado, repentino e irreflexivo, pero no.
Nada más lejos de la inmediatez que este golpe de timón.

No ha de cambiar el fondo, sólo la forma.
Y es por mí… y por el público.
A casi todos nos vendrá bien renovar el enfoque y recomenzar un estilo.
Renovarse o morir… decían…

Hay varios factores y datos que acompañan a la inflamación de la vaina de mi dedo en este giro dramático:

PABLO LÍQUIDO, como lo conocemos, es inamovible desde un punto de vista temático y conceptual. Ya intenté, cuando sólo llevaba 160 conciertos (imaginad ahora), empezar con banda y con temas propios sin dejar las versiones, y fue un completo fiasco. Era imposible presentarse en un concierto con un repertorio hecho porque la gente pedía las canciones de siempre, y a tod@s les gustaban más en espartano acústico que con banda eléctrica.
Por lo tanto sé hace muchos años que, y aunque much@s me piden que toque algún tema mío, es incompatible.
Pablo Líquido es un versionador, y así seguirá siendo.
Ya es duro muchas veces levantar los conciertos y mantenerlos tirando de las canciones más famosas y preciosas de la historia como para dejarlos caer a trompicones entremezclando mis desconocidísimas canciones. ESO NOR!

– No es asunto baladí, créanme, la cuestión puramente física.
No es porque tenga 42 años, porque ahora me encuentro en absoluta plenitud enérgica, es porque mi forma de tocar es agotadora, y siempre fue así; Cuando termino un concierto la adrenalina no me deja dormir, voy flotando en una nube de sensaciones y emociones que no me permite tocar el suelo. Y ya sea un concierto de tres horas o de cuatro, que siempre tengo la sensación de que quiero más, y de que puedo más. Y es así… en ese momento.
Los que más me conocen ya saben que los días de concierto me absorben, ese mismo día, estoy un poco ausente, por concentración, y al siguiente de una actuación estoy sumido en un pozo de vacío energético, soy un zombi. Eso es bastante evidente.
Lo que os voy a contar es lo que sólo los más allegados conocen: Si toco un viernes y/o un sábado, desde el jueves ya estoy con la cabeza en el concierto.
El domingo soy un trapo.
Los lunes y martes procuro no hacer demasiado ejercicio ni muchas cosas porque estoy recuperando fuerzas y además después de los fines de semana duros (2 conciertos y 1500 km, por ejemplo) suelo quedarme con las defensas por los suelos y tiendo a enfermar con facilidad.
Para trabajar en el estudio esos días tengo un par de problemas, los tendones de las manos/brazos están cargados, el dedo que me taladré está hinchado y las cuerdas vocales mantienen manifiestas tensiones musculares por todo mi torax, desde el esternocleidomastoideo hasta el psoas, por los tremendos esfuerzos musculares que hago con el diafragma, lumbares y abdominales al cantar, y además sentado.
La garganta sólo sufre si hay humo o cuando me voy quedando sin fuerzas.
El miércoles suele ser el día en el que estoy listo para trabajar, pero mentalmente es un cerco tremendo saber que el jueves tienes que empezar a centrarte en el siguiente finde.

Me veis en el escenario, cantando todo lo que canto, tocando todo lo que toco, haciendo todo lo que hago (y que nadie más hace), pero sabed que detrás hay un precio que me toca pagar, porque lo dejo todo ahí. Todo lo que tengo. Aunque eso ya lo sabéis.
Lo que pasa en mis conciertos puede ser todo menos casualidad.
Por eso me dedico sólo a esto. De otra forma sería impensable derrochar toda la energía que derrocho cada noche. Si tuviera que trabajar el lunes, o si viniera de estar toda la semana trabajando, no sería posible dar lo que doy. Imposible. Impensable.
Llevo 15 años dedicando íntegramente toda mi energía a mis conciertos, a mis acústicas.

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Básicamente estas han sido hasta ahora mis herramientas de trabajo, mis guitarras acústicas….

Mantener el pulso y tensión de esos conciertos con la guitarra acústica, rockeándola como nunca he visto rockearla a nadie, es un ejercicio inhumano para mis dedos y mis brazos.
Y si de normal siempre he tardado un par de días en tener ganas de volver a coger la guitarra después de un finde de bolos, desde el fatídico taladramiento del índice de mi mano izquierda paso los meses enteros sin coger la guitarra más que para los conciertos. Se me hincha tanto y duele tanto al tocar tan brusca y enérgicamente que he perdido la ilusión por coger la guitarra. Así de duro está el tema. Así de duro y así de claro.
Y lo que es casi peor, ahora sólo me puedo plantear hacer como mucho dos conciertos seguidos, y sabiendo que el segundo será doloroso. Antes llegaba a hacer cinco uno detrás de otro. De seguir con la acústica debería plantearme hacer uno por semana, con lo que las giras lejos de casa se antojarían inviables.

—-  Ahora conclusiones (y aclarar a dónde voy con todo esto):
Por todas estas razones amontonadas, con o sin orden, entiendo que puede ser el momento de hacer un par de cambios en mi show como PABLO LÍQUIDO.
1200 conciertos en solitario con un micro y una acústica creo que pueden ser suficientes.
Es un formato que se puede adjetivar de muchas formas, y casi todas buenas, pero no sólo siento que necesito cambiar un poco de aires, sino que el cuerpo y mi inquietud me exigen nuevos retos.
Soy de tendencia moderna y siempre me he llevado bien con los aparatos y con las tecnologías.
Ahí están los tractores, esperándome, y yo llevo ya muchos campos arados con mulas.
Me merezco ya un tractor 4×4, con climatización y radio-CD. Creo sinceramente.

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Estás serán en adelante mis herramientas de trabajo, las guitarras eléctricas.

En definitiva, me paso a la guitarra eléctrica, que supone un 10% del esfuerzo físico que empleo en la acústica y ofrece un 80% más de lucimiento (al no llevar el peso de la música y poder tocar «solos» y centrarme en muchas otras sutilezas).
No sólo eso, voy a llevar las bases grabadas.
Voy a extraer las bases de mis discos «800» y «Con Queen» (y voy a añadir otras nuevas) y caminaré sobre las baterías que yo hice, los bajos que yo toqué, los coros que canté y los arreglos que añadí. ASÍN DE CLAROS! Todo marca de la casa.

Es decir, en breve (el año que viene ya será definitivo si no cambio de opinión por el camino) comenzaré a probar y ajustar este nuevo formato en mis conciertos. Así que me veréis de pie, con la guitarra eléctrica en ristre, el portátil al lado de la mesa de sonido, y con todo el poderío de las baterías, los bajos, los coros y los arreglos de mis trabajos de estudio.

Voy a dar un «GOLPE DE TIMÓN» a mi trayectoria. Y será «ELÉCTRICO».

Llevo algunos meses trabajando en ello y estoy deseando ponerlo en práctica.
Avisaré.

Un abracico a tod@s!!!

Pablo Líquido

    Pd: Esto se ha acelerado porque hace poco teníamos un concierto privado que nos vimos obligados a suspender porque Virginia y yo estábamos con fiebre. Mucha fiebre!
Esto hizo que pasara en casa unos días con las guitarras eléctricas, sin tener ningún concierto por en medio, y ver que esas puedo estar tocándolas todo el día. Genial.
Ni dedos, ni tendones, ni dolor… Así sí. Puedo tocar en casaaaaa, por dios!!!!!
Estoy decidido.

Pd2: De momento os cuento esto, pero no es la única novedad, ni la más importante que  llevo más de un año preparando. Para esta habrá que esperar un poco más. El año que viene.
Ya sabéis, en esto no hay tregua.

Pd3: Esas guitarras acústicas que me acompañan en la foto del sofá de casa, esas me han acompañado más de 3.000 horas en los escenarios (eso sin contar las horas de casa y las del estudio), más de 500.000 kilómetros por las carreteras, y la Takamine que tengo sobre las piernas lleva conmigo 22 años. Fue la primera.

2 respuestas a «ELÉCTRICO GOLPE DE TIMÓN»

Tengo muchas ganas d verte tocar Pablo, eres muy grande y uno d mis idolos, ya quisiera yo ser una minima parte d lo q tu eres, yo no olvido tus grandes canciones como «Sin mi» o «Como un niño x un tobogán» entre otras. Yo no se si me consideras tu Amigo o no pero yo a ti si y mi Casa es tu casa y Virginia tambien.

Pero hombre Chenchu, qué cosas tienes!!! Claro que te consideramos nuestro amigo!!!! Qué tío!!!
Ya veo por facebook que sigues al pie del cañón con la música. Me alegro mucho. No sé si conozco a mucha gente con la pasión que tú tienes por todo esto. Espero que nos veamos muy pronto.
Mucha suerte, que te la mereces más que nadie.
Un abracico y cuídate mucho, compañero!!!

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