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INQUIETUD MESURADA

Incluso en mi ya lejana y turbulenta juventud, siempre he visto la vida como una prueba de fondo. El tiempo es imprescindible en las cosas bien hechas.

Queda poco para terminar el año de estreno del «eléctrico» y sólo puedo estar muy satisfecho tanto de mi esfuerzo como del resultado.
En este momento justo estoy en el estudio grabando las bases para incluir 10 canciones más al repertorio, para dejarlo listo y finiquitado con vistas a darle un buen empujón de promoción en 2016, ahora que ya está todo en su sitio.
Tengo el mejor y más completo show que se puede meter en un garito pequeño que se puede ver en España en estos momentos, al margen de que luego a alguien le gusten más las rumbas o Mecano, claro es.

Whatever you Want (Status Quo), Billy Jean (Michael Jackson), Losing my religion (REM), Whiskey in the jar (Metallica) o Smells like teen spirits (Nirvana) son algunos de los temas que estoy incorporando a los 35 que ya han rodado lo suyo.

A partir de aquí mis planes son bien claros y decididos (al margen de las giras y conciertos de Pablo Líquido): Emplear todo mi tiempo, concentración y mi energía en labores creativas.
Sí, con la vista puesta en pisar en serio en 2017 voy a centrarme en mi música, algo que no he hecho desde que tenía 19 años.
Dos proyectos paralelos a Pablo Líquido y diferentes entre sí se van a beneficiar de mi tiempo y mi empeño. Como si fuera un artista en lugar de un peón, que es lo que soy y he sido hasta ahora.

Siempre me he preguntado qué se debe de sentir siendo artista, y centrándote sólo en crear, sentir y transmitir.
Lo de entretener, sobrevivir y pelear creo que está integrado ya en mi organismo de tal forma que no requiere ya atención especial. Soy currela entregado y pobre asumido, y esas son dos cosas que no han de variar pase lo que pase.
Aunque me toque la lotería, algo imposible porque no juego, voy a seguir mirando la parte derecha de las páginas de las cartas en los restaurantes (el precio) y aunque me vaya de gira o grabe en un estudio con técnicos de sonido y ayudantes voy a estar siempre pendiente de si falla un foco, si un micro está bien puesto, o si hay un vaso cerca de unos cables.
No he conocido otra cosa que no sea ser el responsable y encargado de todo, y después de tantos años uno es lo que es, le guste o no.
A mí me encanta ser así, pero reconozco que aunque mi familia estuvo bien posicionada económicamente yo, a fuerza de voluntad, me he forjado para pobrete incorregible.

Pobrete o no, voy, ahora sí, a permitir que surja el artista creativo que llevo dentro y cuyo cuello llevo años pisando sin mesura para que no estorbe en esto de vivir.

Hablando de mesura, pese a estar decidido y convencido la mesura es algo que voy a aplicar a esta pequeña inquietud que me desvela. Siempre con mesura.

Pablo Líquido, el futuro artista.

Pd: Me vuelve loco lo que hago y lo voy a seguir haciendo (además de que es mi modus vivendi), pero le voy a dar también y mientras tanto una oportunidad al chaval pesado que viene todos los días a la puerta de mi cuarto a enseñarme maquetas de sus cosicas.

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