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EL AVALON Y LAS CACHUELAS

De cómo lo que en otras partes desprecian se obtienen manjares aquí. Viva Zamora!
Volver a el Avalon de Zamora es volver a disfrutar, con garantías, de gentes y costumbres, buenas gentes y buenas costumbres.
No habrá muchos músicos «alternativos» en España que no conozcan a Álvaro y su «Avalon«. Como tampoco habrá muchos lugares en España con tan decidida y arraigada devoción por mantener una programación constante de un par de conciertos y alguna Jam Session cada semana.

Público acostumbrado a conciertos, lo que los hace especialmente educados y agradecidos, y ambiente familiar y distendido, lo que hace sentir bien a cualquier ser humano que se precie. Lujo es esto, en mi opinión.
En pasando por Zamora no hay excusas para no visitar la Catedral, el castillo, el Avalon y…. «El Chillón«, un pequeño bar a cuatro pasos del Avalon en el que es ya tradición irrenunciable el «pincho de tortilla con salsa» y nuestras amadísimas «cachuelas».
La casquería, que en otros lugares se trata con desprecio o desinterés, en Zamora la han convertido en manjares exquisitos que no solo no tienen nada que envidiar a las presuntas partes nobles del despiece de una vaca, gallina, cordero o cerdo, sino que las superan en muchísimas ocasiones.
Las cachuelas, mollejas, crestas de gallo… como por ejemplo en Madrid los callos y las gallinejas, son delicias culinarias y nutricionales que en Navarra no tenemos la suerte de conocer y disfrutar. Claro está que hay que salir de casa y probar, y conocer.
Deleite sumo.

En Zamora, como en Madrid, Navarra y Senegal, por poner algunos ejemplos, cualquier cosa sabe mejor y alimenta más si es compartida con gente maja. De eso en Zamora también están sobrados, y mucho. Qué decir de Alvaro, Nanín, Chechu, Fran, Pájaro (y otro@s allegad@s) y de toda la gente con la que hemos compartido ya tantos momentos en aquellas tierras tan amables. Nada más que agradecimiento tenemos para ell@s.

En cuanto al concierto, seguimos en clara progresión con el «eléctrico» y su «tecnología».
Después de estar 20 días encerrado literalmente en el estudio programando baterías, orquestas y luces, y grabando bajos, rítmicas, percusiones y coros, no es fácil ponerte en pie de la noche a la mañana y dar un concierto rodeado de incertidumbres tecnológicas y regado en whisky y sudor. Pero a decir verdad es esa mi especialidad, así que desempolvé y desatoré poco a poco mi encogido cuerpo de estudio y terminé erguido y pletórico de rock y alegría.
Un par de contratiempos sí me importunaron. El primero fruto de tanta reclusión y falta de ejercicio; al principio del segundo tema «Under Pressure», empujé enérgicamente con mi diafragma para meter de lleno la voz de Freddie y me dió una especia de tirón diafragmático y/o abdominal que me dejó menguado y dolorido para el resto del concierto, o sea, todo el puto bolo. En eso estoy también curtido y nadie lo notó, y aunque todavía me duele, ya estoy mejor. Hasta Totana (Murcia), el sábado que viene, estaré sin cantar.

El otro problema fue que a mitad del concierto se atascaban las luces que tanto empeño he puesto en programar al detalle y hasta que descubrimos que era un simple cable USB dañado perdimos algún ratico y un poco de ritmo.
Si algo se tiene que estropear en directo en esta vida, que os pase en el Avalon. Alvaro tiene allí todo (y no exagero) lo que pueda necesitar cualquier músico de cualquiera que fuere su índole.
De todas formas voy preparado a conciencia. Llevo una acústica por si acaso. Jajaja!!!!!
En mi caso lo tengo fácil, si falla el ordenador, la pedalera, las luces, el ampli, o lo que sea… lo peor que me puede pasar es que me quede como estaba antes, solo con mi acústica. Si di más de 1200 conciertos así, creo que me acordaré de como se hacía.
Lo pasamos en grande, cantamos, reímos, bailamos… estrené ocho canciones nuevas y me siento cada día mejor con la guitarra eléctrica. He equilibrado un poco mejor los volúmenes y después de muchas pruebas he decidido descolgármela un poco respecto a Biescas y Tarazona (más como la llevaba con el trío de Queen) y estoy más cómodo.
AVANTI!!!!!!

Un millón de gracias a Zamora y a nuestros zamoranos!!!
…y la semana que viene tenemos, ni más ni menos, The Rock Café de Totana!!!!! (Murcia)
A echar unos quinticos con l@s murcianic@s, a disfrutar de esa alegría y simpatía que siempre nos regalan, a ver a much@s querid@s amig@s, y a comprobar cómo van creciendo nuestros sobrinos murcianos.
Deseo con vehemencia estrenar allí el «eléctrico«. Sé que les gustará. Lo sé.

Un saludicooooo!!!!!!!

Pablo Líquido

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