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LA LUNA LLENA EN BOADA DE CAMPOS

Es Boada de Campos un incidente peculiar, por lo que de paradójico tiene que un músico, en este caso Pablo Líquido, vaya a tocar a una población con un censo total de 19 habitantes con la certeza de que va a tener abundancia de público.
El concierto era el sábado y salimos de casa el viernes. Fuimos a la Estación de Valdezcaray (La Rioja), a hacer un poco de monte aprovechando que no anunciaban mucho calor y pasar así por la tarde a saludar la la gente del Pub Rym en Ezcaray.
A cenar lechazo asado en buena compañía y a dormir nos fuimos, como de costumbre, a Herrera de Pisuerga (Palencia) a casa de nuestros amigos Cristina y Manolo.
El sábado, después de comer, directos a Boada!

No puedo explicar exactamente cuáles son los astros que se alinean para que esto sea posible, si hay mucha gente que veranea allí, si los pueblos cercanos son abundantes, muy cercanos y muy dicharacheros, o si del Humedal de Boada, cuando está seco y no hay aves, salen hombres como en los bancales de Amanece que no es poco.

La realidad es que se agotó la cerveza (fría) a mitad del concierto, antes los bocadillos, fueron a por hielos y coca-colas a algún bar de algún pueblo vecino mientras yo tocaba.
Decir debo que la noche acompañó cortés, que la luna llena, o casi, impidió que al terminar cada canción y apagar los focos surgiera la oscuridad, que los topillos nos cedieron por unas horas su húmedo cesped, que la disposición anímica del respetable partió desde el segundo cero de concierto con una sonrisa puesta en las amables caras que me enfrentaban. No podría pedir más.
Antes de poder montar el equipo hubo un espectáculo teatral, decían que para niños y yo creo que no (aunque un buen show lo disfruta cualquiera), que me sorprendió y me divirtió mucho, y eso no me pasa con frecuencia. «EN FORMA, Personal Trainer y Familia».
Virginia y yo estamos desde entonces imitando al notable personaje que ha creado Juanjo García. Son palentinos y os los recomiendo.

Del concierto puedo contar que, para compensar el del año pasado que fue embutido por la lluvia y el frío en la «Casa Museo» del Centro de Interpretación, éste fue en el patio, que si te pilla buena noche, como fue el caso, es una bendición de lugar.
«Noche abierta castellano leonesa de intensa luna e inmenso cielo», diría yo.
Lo pasamos en grande. Nos reímos, cantamos, al final hubo hasta quien bailó, y bebimos casi todo lo que quedaba en el bar para beber. Esta vez la cervecica de después del concierto fue tibia, porque no les habíamos dado tiempo a enfriarse.
El año anterior nos conocimos todos, y unos cuantos han sido reincidentes en varias ocasiones, así que estábamos ya como de andar por casa.
Tuvimos, por cierto, la visita sorpresa de un grupo de moteros que ahora mismo no sé exactamente de dónde son, pero que ya nos aparecieron hace unos meses en Cervera del Río Alhama!!! Jajajajajaja!!! Qué majoooooosssss!!!!!!! Graciaaaasssss!!!!!

No está nada claro el futuro de ese centro-museo-patio-bar…. ni de todas las actividades que lleva a ese rincón de España, que no pilla en verdad de paso, y que tanto agradecen y apoyan las gentes de por allí. Ese tipo de incertidumbres siempre me generan un poco de tristeza. Con el paso de los años veo tantos buenos lugares y buenas costumbres que se apagan… Supongo que es a eso a lo que se refiere el adjetivo «inexorable» que suele acompañar a «el paso del tiempo».

A los de Boada de Campos, a los de Castromocho, a los de Fuentes de Nava, y los de otros pueblos que no conozco pero de los que supongo también vino gente… gracias a tod@s por cuidarnos y querernos a Virginia y a mí como lo hacéis; y gracias por alimentar las noches de verano y sus actividades en ese centro-museo-patio-bar que tanta vida os da, y le dais. Y a nosotros.

En noches así, tan placenteras y luminosas, me pregunto cuánta culpa tendrá la luna.

Muchas gracias y hasta la próxima 😉

Mientras visitarán vuestro humedal algunas aves migratorias llegadas de quién sabe dónde y quién sabe por qué.

Pablo Líquido

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